viernes, 21 de septiembre de 2007

Visita al Hospital de Úbeda

Tras evaluar las alternativas de hospitales, me encontré con trés opciones como muchas de las chicas de Madrid que veo en los foros buscando un parto más respetado: La Paz, mi hospital de referencia a que ya había visitado y no me acababa de convencerme; Fuenlabrada, que tiene el programa de lactancia, pero dependería mucho del personal que me tocara a la hora, encima con el riesgo de enviarme a mi hospital de referencia; y el Hospital San Juan de La Cruz, en Úbeda (Jaén).

Me hubiera gustado visitar el Hospital de La Inmaculada, en Almería, que siempre sale en los reportajes como referencia de parto humanizado, pero está a más de 500 km de Madrid, me sería imposible.

Así que busqué información sobre lo de Úbeda y ha sido el hospital a que no había encontrado nada malo, había chicas de Madrid que ya habían tenido a sus bebés alli y hablaban muy bien de la atención al parto. Además, encontré el mensaje de un matrón, Antonio Muñoz, que me gustó por la sinceridad. Decía que mucha gente se equivocaba creyendo que se trataba de un hospital como la clínica Acuario, de Alicante, y claro es un hospital público con sus ventajas y inconvenientes pero donde las matronas trabajaban mas o menos en la misma línea. Eso a mí ya me parecía estupendo porque depender de suerte a la hora de llegar a urgencias...

Pues nada, accedi a su página web y le envié un correo, me lo contestó en dos días. Fue muy amable y quedamos inicio de septiembre, un fin de semana, yo con 34 semanas.

Nos recibió otra matrona, Asunción, cuando llegamos había algunas mamás en el expulsivo, así que tuvimos que esperar un poco. El hospital estaba muy tranquilo.

Tras una hora y media, Asunción nos recibió en el paritorio. Nos enseñó las salas de dilatación individuales, creo que eran 4 o 5, todas tenían aseo privativo y un tocaCD por si las mamás quisieran algo de música. Se podía quedar alli con el padre con la luz apagada, si quisieran. Luego había una única ducha para todas las habitaciones, el paritório y una sala de reanimación donde estaba una madre que acababa de tener a su hijo. Estaba allí con el padre, las luces apagadas, el bebé mamaba por primera vez. No queríamos molestar, pero ella insistió en decirnos que la atención había sido estupenda y que estaba muy satisfecha.

Asunción nos explicó todo su protocolo, que evitaban la episiotomía al máximo, que sólo inducían al parto si era realmente necesario, que no ponían enema ni hacían rasurado, que dejaban evoluir lo más natural posible, eso sí, siempre haciendo un seguimiento.

Que se podía parir en cualquier posición y que incluso la cama la ponían en lo más vertical posible. Que el marido podía quedarse todo el tiempo con la madre, incluso por la noche. Que todos allí trabajaban en la misma línea y que una semana antes habían recibido a otra chica de Madrid a que quisieron inducir al parto porque ya estaba de más de 40 semanas.

No hace falta decir que salimos muy satisfechos con el trato y el hospital. Y al mismo tiempo me preguntaba porque era tan difícil conseguir una atención así en Madrid.

***
Ah, y la ciudad preciosa.


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